simplona y orgullosa
Simplificando ya nada es tan difícil ni mucho menos complicado, a menos que tenga que llegar a la Avenida América a tiempo para volver a casa...
Ya no se me pasan por la cabeza literaturas enrevesadas ni metáforas con segundas y terceras y lo de la inspiración es algo constante que adorna las pequeñas cosas... pero se acabó lo de los pensamientos del revés e incluso lo de los pensamientos si no son sobre mí misma o para mi bien. Me estoy malcriando, me digo, y resulta que no le veo nada negativo sino más bien todo lo contrario... cangrejo ermitaño orgulloso... y qué.
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