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Mostrando entradas de octubre, 2020

El gran hackeo

Acabo de ver "El gran hackeo". Otro documental de esos sobre cómo las redes sociales que nacieron paa conectarnos, nos dividen cada vez más y nadie tiene la culpa Este documental aportaba nuevos casos de manipulación de la información como las elecciones de EEUU, trinidad y tobago, rusia y el brexit. Me ha gustado porque se centraba en la estrategia. Como te explicaba el otro día, según los perfiles se divide a la población en grupos y en este caso, exponen a la población poco definida a un alto contenido de propaganda electoral, que la mayoría de las veces es fake, para posicionarla a favor de la empresa que les paga En este caso no se hablaba de Facebook, si no de una empresa de relaciones publicas que se llama Cambridge Analytica concretamente Hablaban también del caso de birmania (Myanmar) y el holocausto de los rohinyas alecionado a través de Facebook expandiendo el odio Me alegro de que aquí en España hayamos sido rápidos con la ley de protección de datos, sin embargo,

Acoso laboral. Una historia de evolución y desatribución de la importancia

  Ay qué aburrimiento por favor. Siempre las mismas historias. Siempre el mismo acoso Siempre el mismo cuchicheo. Hay quien no se cansa de nada de eso jamás. Necesitan una cabeza de turco que someter. Más todavía si la cabeza de turco está por encima. Esa actitud todavía está por debajo de los que se sientan a ver Telecinco y a valorar desde sus asientos si la vida de los demás es lícita o ilícita, según sus propias convicciones. Es peor porque haga lo que haga, en este caso, la protagonista de la historia, siempre está mal. Así que me relajo y lo disfruto. Me engrandezco con el tiempo que me dedican. Me vengo arriba. Total, haga lo que haga, siempre les voy a resultar inalcanzable, fuera de ley, más lejos cuanto más me critiquen. Y no pueden dejar de hacerlo. Aunque les rinda pleitesía, que ya lo intenté. Absurda de mí también, por aquel entonces. No entiendo por qué me dio tanto miedo seguir sola, si la mía es la mejor compañía que puedo ofrecerme. Atacarán y dolerá siempre un poquit

Días de batalla

  Hay días que me veo como una guerrera, con espada, a lo Xena de los 90. Con mi pelo al viento y una actitud desafiante enfundada en minivestido de acero y botas de amazona. Me siento con la fuerza de enfrentar el huracán y cuando acabe con él, que lo haré, remolcarlo hasta la tumba de los huracanes. Me siento con la capa al viento. Capaz. Muy segura de que éste es el camino. Hay días. Me arrojo, me arriesgo, se llena el alma de adrenalina. Iría hasta el fin del mundo con tal de conseguir lo que planeo. Ningún sueño se termina y por más problemas que surjan, las nuevas ilusiones reemplazan a las aplastadas, como si fueran olas del mar. Cada vez más grandes, cada vez más intensas, cada vez más lejos. Como una marea alta, todos los problemas quedan unos metros más abajo y no se ven los escarpados picos de pizarra tan amenazantes e imponentes en marea baja. Me siento feroz. Creo que soy capaz de encontrar el camino pase lo que pase y llueva lo que llueva. Cansada, exhausta y derrumbada,