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Mostrando entradas de abril, 2013

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El camino de vuelta El chaleco reflectante La barra del bar El pañuelo El desencuentro Los nervios El reencuentro Si vuelves me quieres El tramposo El pañuelo Las copas Las copas gratis Las llaves La clave Los saltos El cachas El repaso El gay El tiempo Se acaba La foto El desayuno El teléfono La lluvia Los coches El coche El lava parabrisas Tú La alegría Los abrazos Los egipcios El sueño Los hojaldres El alcohol El agua La impotencia El secreto La vida Las tortillas Mi historia La tuya El atropello Las dos El sueño Los intermitentes Tus ojos tu sonrisa El desamor El reamor Todo Paso a paso Mi sonrisa Mi vida  Mi felicidad

ENREDADERA

Trepa retorcida la enredadera que se agarra acariciando su propósito mientras lo cubre de besos con sus ramas y de caricias con sus hojas, calando entre el cemento y el hormigón toda su savia de ternura. Retuerce todas las entrañas del edificio y lo hace temblar desde sus cimientos y aunque no volverá a ser el mismo edificio robusto, se deja atrapar por el verdor espeso sin cambiar ni uno solo de estos segundos que transcurren  atrapado entre las ramas, envuelto en una extraña paz que no le corresponde a él, edificio tan práctico y transitado tantas veces al día. Se acuna abandonado entre el frescor del aroma a verde mojado, como descansando de todo lo que ha pasado, se echa a perder sin miedo, casi soñando con volver a ser el polvo que fue antes de ser piedras, obras, edificio, pasillos y ventanas, casi soñando con volver a la tierra exprimido por los abrazos de su enredadera. Derruido por ella, rendido en sus brazos, como la piedad de Miguel Ángel. "Ventanas azules, verd

REPASO

Paso a paso y uno a uno los momentos. Despacio marcha atrás y hacia adelante. Amplío disminuyo exagero, pongo palabras en tu boca que no dijiste sólo para ver cómo te quedan, qué me hacen. Pongo palabras en tu cabeza que ojalá existan, pongo manos en tus manos, labios en tus labios, mi pecho en el tuyo. Esto sí. Esto sí fue. Y lo guardo. Con tu pin de regalo. Todo el calor de tus no besos y de tus no palabras. El calor de la lluvia fría y el viento y tus atropellos. Todo lo guardo con tu pin. Hago cosas de enferma que no me importa ser si es por sentir dentro de mí lo grande que no dejarás de ser nunca por mucho que te acerques. me cansaré, lo prometo. Dejaré de quererte. y a mis noventa y más repasaré de nuevo mental y cautelosamente, en busca de miguitas, todos los días como este en que dos que se buscan, siempre se encuentran.