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Mostrando entradas de abril, 2012

EL TIEMPO NUNCA SE PIERDE, SE INVIERTE

Y que no me diga un señor que se llama Juan, José, Gustavo, Roberto o Julián que no voy a ir a ningún lado, que no llegaré lejos ni que estoy perdiendo el tiempo porque no lo estoy haciendo, lo aprovecho despacito, sin aturullarme demasiado, que el que se precipita se precipitaaaaaaa. Volveremos a encontrarnos Don Listín, y te vas a acordar de ponerme un cate... bueno tú y todos los demás, evidentemente. Saludos de quien no intimó contigo no la apetecía hacerte la pelota

UNA CASA ES UNA COSA

Una casa es una cosa llena de recuerdos, de historias, con un balcón que da a la calle cuando llueve, cuando hace sol, cuando hace mucho calor, cuando hay que regar la planta, cuando pasa por debajo gente muy ocupada que va a su trabajo y cuando hay jarana en el Daily, también todas las noches a las 2, una casa es una cosa que tiene un balcón que da a la calle cuando pasa el camión de la basura, porque el balcón es viejo y de forja y no cierra muy bien y deja pasar fríos y rumores. Una casa es una cosa con una cocina que se cae a cachos, que pierde puertas gas y grifos y nos conoce a todos en nuestros momentos más inspirados y más pacientes y en nuestras prisas mañaneras, una casa es una cosa con un baño con un espejo por el que miras y ves tantas caras reflejadas, tanto paso, tantos sentimientos, tanto corte de flequillo, gomina, pelos rapados, tantos afeitados dientes... y tantos fantasmas que te dan ganas de darle la vuelta a ver dónde se guardan todas esas cosas que ves cuando lo

CANCIONES PARA TÍ

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A veces parece que escriben canciones para una misma

Sin hilo dental

El hilo dental es una cosa que siempre me ha dado risa en las películas, por ejemplo en la de Pretty Woman y en... en... eeeennn.... en la de Pretty Woman. Es una cosa que, en mi mundo y dentro de mi vida, poco ha pintado hasta hace unos meses, salvo por la película esta de Julia Roberts y la de... em... eh... Julia Roberts y Richard Gere. Nunca ha sido un signo de debilidad hasta que mi salud dental ha tomado la prioridad que ahora posee en la rutina higienica de mi día a día. De pronto es una cosa pequeñita que está por todas partes: en mi bolso, en el baño, en el baño del otro sitio, en mi otro bolso, en el estuche de cosas para chicas, en el estuche de maquillaje... es una cosa tan imprescindible que si prescindo de él un sólo día, además de no poder dejar de darlo vueltas a aquello que me ronde los dientes, no dejo de echarlo de menos ni un sólo segundo. Y sin embargo ¡con qué facilidad prescinde el hilo dental de mí cuando se queda por ahí en algún recobeco de otro bolso, o en