TODO LO BONITO

No tiene sitio en este espacio lleno de otras cosas que lo superan, que son bonitas de otra manera, que son más que bonitas solamente.

Todo lo bonito se ve empañado por el paso del tiempo, envejecido por el camino que ha tenido que recorrer como si en cada curva, esquina, traspiés se hubiera ido dejando pequeñas partes de su existencia, de lo que fue.

Todo lo bonito está incompleto, o me lo parece, ya no tiene aquella magnitud que me sorprendía y me emborrachaba de felicidad y me arrullaba con nanas entre sus brazos, está el complejo ese de cuando viajas a una ciudad mayor de la ciudad en la que vivías, que al volver se te queda pequeña de repente, como si se te hubiese caído una venda de los ojos, como si hubieras despertado de un sueño y la realidad fuera, en realidad, ridícula.

Todo lo bonito que queda, lo guardo como paño en oro para que no se gaste, para que aún, en un tiempo, pueda mirarlo y sonreír  sin tener que mencionarlo con nadie, hasta tú podrías terminar destrozándolo. Eres tan torpe... lo guardo en un cajón con tus últimas cosas, las que no te llevaste.