Relojes de pixiglass
(ACLARACIÓN: ESCRITO HACE UN PAR DE MESES)
Una cámara oculta, que alguien lo grabe o lo pare o nos atropelle… mátame camión que diría aquí una servidora (aprendido de una cercana, todo hay que decirlo).
El colmo de la humillación humana, la de los demás, no la mía que se vende cara… pero va el tío… (uno de estos con ganas de aspirar a parecer algo que no es, con formas de gorila en la pasarela Cibeles, de los que se hurgan en todos los agujeros del cuerpo habidos y por haber, incluido el del final de la espalda, uno de estos que aprovecha en el gesto de meterse la mano en el bolsillo para llevar a cabo un ejercicio de rascamiento en las partes pudientes, para que me entendáis) llenándose la boca de reproches en reclamos de honradez de los viandantes, mientras escupe comentarios que de la arcada profunda que me entra me ponen el vómito en la boca sólo con escucharle especular sobre lo que mueve a la gente a actuar en pro o en contra de su ofensivo trato. (¿Pues no ves que da asco ni acercarse a ti? Me dan ganas de decirle)… Se atreve a insultar sin ton ni son y se queja de que no le escuchan, pero tampoco se calla…
Horrible de verdad, antes mujer de vida alegre (si, si, en la calle Montera), que comercial de relojes a cuatro perras, antes… antes muerta de hambre debajo del puente, pero honrada al fin y al cabo, practicando en mi vida el verbo vivir y dejar vivir, molestando lo menos posible… ya no pienso insistir, consecuencia de la congoja que siento al pensar en transformarme algún día y adoptar la forma de un barragán como éste, y que me parta un rayo si lo hago, convertirme en una pedante ofensiva.
Una cámara oculta, que alguien lo grabe o lo pare o nos atropelle… mátame camión que diría aquí una servidora (aprendido de una cercana, todo hay que decirlo).
El colmo de la humillación humana, la de los demás, no la mía que se vende cara… pero va el tío… (uno de estos con ganas de aspirar a parecer algo que no es, con formas de gorila en la pasarela Cibeles, de los que se hurgan en todos los agujeros del cuerpo habidos y por haber, incluido el del final de la espalda, uno de estos que aprovecha en el gesto de meterse la mano en el bolsillo para llevar a cabo un ejercicio de rascamiento en las partes pudientes, para que me entendáis) llenándose la boca de reproches en reclamos de honradez de los viandantes, mientras escupe comentarios que de la arcada profunda que me entra me ponen el vómito en la boca sólo con escucharle especular sobre lo que mueve a la gente a actuar en pro o en contra de su ofensivo trato. (¿Pues no ves que da asco ni acercarse a ti? Me dan ganas de decirle)… Se atreve a insultar sin ton ni son y se queja de que no le escuchan, pero tampoco se calla…
Horrible de verdad, antes mujer de vida alegre (si, si, en la calle Montera), que comercial de relojes a cuatro perras, antes… antes muerta de hambre debajo del puente, pero honrada al fin y al cabo, practicando en mi vida el verbo vivir y dejar vivir, molestando lo menos posible… ya no pienso insistir, consecuencia de la congoja que siento al pensar en transformarme algún día y adoptar la forma de un barragán como éste, y que me parta un rayo si lo hago, convertirme en una pedante ofensiva.
Comentarios
No sufras, no me puedo creer que te conviertas en eso.
Un besote.