23 de Agosto


Recibí flores aquel día… y tú también. Yo iba camino de cumplir más años y tú dejabas de hacerlo en aquel instante. Mi cabeza no sabía hacer la conexión, se negaba a comprender lo que pasaba en el mundo real. Parece mentira que te marchases y aún hoy me apetece tomar aquel café y contarte que las cosas van bien, como siempre y ¿tú qué tal el azúcar? ¿a quién se lo cuento para que me entienda?. Te necesito sólo por un motivo egoísta: me hacías sentir bien.
Recibimos flores las dos y cada año tú seguirás recibiendo flores el 23 de Agosto.

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