ME MOLESTAN LOS LABIOS DE JULIA ROBERTA

Come, reza, ama es un libro que me dejó una amiga exótica en un tiempo complicado para mi alma, escrito en inglés. Me lo leí, en inglés y luego en español. Me parece ingenioso a pesar de no contar una gran historia que tampoco tiene mucho de original. En fin, desamor, reencuentro de una consigo misma y vuelta al amor.

Tenía reales ganas de ver la película, aún con un poco de miedo de que después de lo que me había gustado el libro, bien porque había viajado desde Ohio, bien porque la persona que me lo regaló es una de esas amigas que enriquecen tu vida con sólo formar parte de ella, bien porque fue un reto leérmelo en inglés,  o bien porque llegó a mi vida en un momento de cambios, el libro come, reza, ama, fuera un bodrio.

Me sorprendió porque está perfecta, respeta la historia casi en su totalidad, está espléndido David, Steven, los abogados, las localizaciones, la trama de los italianos, los planos, el arte, la india, Bali, incluso Javier Bardem haciendo de brasileño madurito. Es todo tal y como me lo había imaginado. Salvo los labios de Julia Roberta. ¿Qué la pasa? Me molestan enormemente. Es como si distrajeran mi atención durante toooda la película. Ese montón de lo que sea ahí inyectado en el labio superior como si fuese Carmen de Mairena, no dejaba de entorpecer el argumento en cada momento, porque a parte de esto, se usan montones de primeros planos en los que sólo se la ve el morro enorme que la han plantado ahí... horrible, antinatural, antiestético. 

Distrae, molesta, estorba. 

Es como un señor a tu lado en el cine comiendo pipas o peor aún hablando por el móvil.

En resumen: una buena película romántica sobre la reflexión sobre una misma y cómo no operarse los labios jamás.