DESESPERACIÓN

La desesperación, que aparece cuando menos te lo esperas, es una cosa que puede ser prevenida fácilmente de una manera que además está al alcance de cualquiera.
Hay que reeducarse: dejar de perder el tiempo en vanas actividades como sacarse mocos, mirar el Facebook, volver a mirarlo, buscar chistes fáciles, leer bromas. Es como ir de voyeur por el mundo, por la vida; estar esperando que pase algo para aplaudirlo sin mover ni un dedo, sin formar parte de ello ni un momento.
Como los que miran cómo juegan los demás a la consola y esperan y esperan su turno que nunca llega.
Hay que coger el mando y dejar de mirar.Perder la vergüenza, el miedo a fracasar: nadie nace sabiendo, allá vamos, en el camino me voy a divertir, me voy a esforzar, voy a poner toda mi atención en que esto salga adelante, en disfrutar del aprendizaje, en absorber esta nueva experiencia que yo he empezado porque me llena.
Voy a apagar el puto móvil y me voy a olvidar del Facebook ahora mismo, el que quiera saber de mí sabrá esperar, los que valen la pena estarán ahí dentro de un par de horas o al final del día.
Voy a sacar adelante este cacho de mundo en este momento de tiempo de manera que yo lo enriquezca y ello me enriquezca a mí, de forma que ganemos los dos y yo pueda sentir la paz de estar aprovechando mi vida, el mundo y el tiempo, formando parte de ella sin pasar de puntillas, como dice Sabina, si no pisando fuerte, como dijo Alejandro Sanz cuando cantaba canciones que valían la pena.
Voy a dejar de vivir mi vida sin mí.
Plantearse qué queremos, ir a por ello, y lo demás ya irá viniendo. No podemos dejar que nadie absorba nuestra vida ni se convierta en el centro de todas nuestras atenciones. El ideal puede ser pender de varias ramas, aprovecharlas para seguir subiendo, no olvidar las de debajo y aspirar hacia las que están arriba buscando siempre la manera,aunque sin pararse a pensar demasiado en el cómo y siendo a veces un poco inconscientes de lo que realmente sucede a nuestro al rededor, de los peligros por venir, de las pérdidas... porque pensémoslo seriamente, las cosas van y vienen por azar, y las personas van y vienen porque quieren, pero las que se van tal vez no merezcan la pena.
Hay que seguir para adelante con la certeza de que lo mejor está por venir siempre y cuando le pongamos ganas, porque lógicamente, si lo ponemos ganas, si formamos parte de nuestra vida y del juego, lo que esté por venir será siempre efecto de nuestra causa, lo que nos hará sentir ganadores de nuestra recompensa, para bien y para mal, nos hará aprovechar aún más lo que saquemos allí adelante si hemos estado luchando por ello ahí atrás.
Esto quiero y voy a por ello.
Echaré de menos el ayer sólo el tiempo que tarde en concentrarme en lo que espero de mañana.

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