Al que planta desplante y luego a plantar a otro para no sentir el plantamiento de las plantas. Que el abono no lo disfrutan mis raíces cuando es la mierda de otras macetas que no son la mía. Hay que ver cómo te sientes en la casa que te corresponde cuando no te corresponde sentirte así porque no te corresponden, no se si me explico, que si no me correspondes pues mis sentimientos tampoco te corresponde saber de ellos... y si lo que yo siento y lo que tú sientes se corresponde explícame por qué no nos correspondemos y dejamos de pensar que estos sentimientos que se corresponden no queremos que se correspondan. En definitiva: correspondidos huiremos hacia donde no nos correspondan no sea que de correspondernos deje de corresponderse.
La de la esquina doblada
Cuando por casualidad cae en tus manos uno de esos libros de antaño, del año la polka y la cancamusa y por casualidad encuentras una esquinita doblada hace tantos años como generaciones tiene ese libro, todo humano, toda persona se empeña en enderezar el destino de la insignificante esquina, como si fuera algo incómodo, poco estético, de cuyo afán de remediar no se salvan ni maniáticos ni ordenados, no desordenados y normales tirando a desastrosos como yo. Entonces la página acostumbrada desde generaciones como bien digo, a su doblez, a la mala postura y al maltrato, de repente no se siente liberada, se siente tan extraña en esa postura tan correcta, que se resquebraja, ella no ha nacido para ser una página más, ha nacido para ser rara, la de la esquina doblada.
Comentarios