Los niños de San Judas
Una película de ver y sentir, de las de rabia en el alma y admiración en las pupilas... muy al estilo de William Walace, el grito de ¡Libertad! se traduce aquí en estos versos:
La plácida noche que fluye en mi corazón
rompe las férreas rejas de tu prisión.
Libre por el mundo tu espíritu voló
mano proscrita que la tuya prendió.
El viento es nuestro confidente
y la noche sus puertas abiertas dejará.
Más allá del fin nos haremos presentes
en ese universo donde los rebeldes están.
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