LEONAS EN LA SIESTA

Cazaban juntas. Competían por ello, se odiaban en secreto y a voces sin dejar de admirarse ni un segundo mutuamente, sólo en secreto, con las alabanzas pintadas en una rayita del iris de uno, sólo uno de los ojos. Ahí se podía encontrar una muestra de afecto intenso, enorme, casi de adoración enterrado entre la envidia y la obligación de competir y competir y competir ¿por qué? por la palmadita en la espalda de algún sinvergüenza, o de alguna sinvergüeza. ¡Ah, mujeres! Dirigiendo el mundo o lo que sea que se quiera poner debajo de ellas, a veces personas, a veces animales, plantas. Mujeres: siempre dirigiendo, no olvidar. Otros dirán manipulando, otros dirán terjiversando...la verdad es que dirigen, eso es lo que hacen, dirigen. Ellas hacen el equipo, eligen a la tripulación, y llevan el barco a donde ellas quieren, capitaneando sobre los demás. A veces transatlánticos y a veces pequeñas pateras. ¡¿Qué lo mismo da?!
Hoy cazan juntas, en equipo, (las vueltas de la vida, no me cansaré de decirlo) se ayudan se apoyan, consiguen objetivos, tripulan el mismo barco, sin rastro de odio, todo confidencias, cómplices del hundimiento de algún impero, chocan la pala cuando las cosas van bien y arriman el hombro cuando hay que esforzarse un poco más. Se sonríen en cada despedida. Son como leonas en la siesta, y si la vida de nuevo las pone en equipos contrarios, de nuevo tendrán que esconder este remanso de paz en la rayita del iris de uno de sus ojos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La de la esquina doblada

cómo se aprecia

Bisolvón antitusivo, el jarabe que más me pone!!