FOTOS DE ESPEJO

Esas con las que empapelamos la red por decenas. Esas que nos hacemos orgullosos de aparentar lo que ya no somos y algún día dejaremos de ser. Haciendo una equis en este momento de este lugar que es la sombra de lo que fuimos y que mañana será la silueta de lo que hemos sido. Comparadas tantas veces en el tiempo, el espacio y hasta en los protagonistas. Como testigos de algo que cada uno interpreta a su manera tantas veces percibido por un objetivo al tun tún de esos que se esconden en bolsillos y bolsos. Fotos. Ni siquiera papel, sólo píxeles, diminutos puntos de color que rellenan imagenes, tan llenas de contenido para el que así lo quiera , tan vacías de contenido para el que así lo quiera. Tan extraviadas en el paso de la vida, o en algunos momentos del pensamiento, haciendo presente hasta el olor de lo que ya no existe, manteniendo el resplandor de un instante ya muerto, pasado, extinguido. Sólo fotos, que miraremos preguntándonos quién éramos o que nos hacemos sin la certeza de lo que somos en realidad, o que nos hicimos inconscientes de lo que un día llegarían a representar: el orgullo, la vergüenza, lo valioso, lo inválido, lo estéril. Locarente de sentido, el paso del tiempo. Para todos. Fotos en el espejo de lo que vimos cuando nos reflejabamos en él, y cada vez que nos reflejemos, veremos menos. Testigos del camino de a vida, esas fotos en el espejo.