Martes y 13 I parte

Martes y 13 y eso que no soy para nada de las que no pasan por debajo de una escalera ni derraman sal, se me ha torcido el día desde que ha empezado. Se acabó la ilusión de mi practibajo, que es una manera un poco extraña de no decir el trabajo en el que no me pagan y me supervisan todo lo que toco, hasta mis narices... a lo que iba, que como una chiquilla cuando se entera de ciertos detallesa cerca de los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez, como por ejemplo el de que no existen, la menda se ha enterado de que en su practibajo la gente quiere mas a PEPE que a Zapatillas, por lo que aquí mi chasco, que no es que quiera demasiado a ninguno de los dos, pero detesto a uno en concreto que resulta ser el afín de mi emisora estimada y querida. (Ahora no tanto, claro)... y se esfumó la magia como el día que descubrí que uno de mis favoritos en la adolescencia iba de caza los fines de semana... de repente todos los días allí se parecen y aunque al menos no siento la necesidad de escapar, intuyo que pronto la sentiré... ojalá pudiese mantener viva la ilusión este mes que me queda y mirar a través de los ojos de niña como si lo de hoy lo hubiera soñado...