Como sigo soñando a pesar de estar a 11 años de allí, (porque también hay chicas con el síndrome de Peter Pan y si no aquí está la menda para demostrarlo), como sigo viendo pasar el tiempo por las dos orillas y como no hay Dios que cruce estos caminos; quisiera contar que un día soñé que el ser humano aprendía a reconocer sus errores, aprendía a ser sincero con él mismo y con los demás, que aprendía a transformar su rencor en olvido y que sabía crecer... pero sólo era un sueño que soñó un día alguien que tampoco creció.
Un besin.
Marta
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