Conduzco yo
Malvadas sean las tecnologías, de qué sirven si se quedan sin batería en el mejor momento de la vida... en un instante tan irrepetible como irrecuperable. Para qué un GPS si no indica en dónde te encuentro el próximo día o dónde nos vemos o cuándo o si existes si quiera o eres de verdad. Dejar hacer al destino no basta en estas ocasiones en las que el ser humano empeñica y cabezota (que es además el mayor ejemplo de ambición por naturaleza) entra en bucle con "loquieroaquíyahora". No basta esperar ni que el tiempo diga y ponga a todos en su sitio, ni bastará ahora que sólo contamos con un tiempo determinado y efímero. No han sido suficientes los indagos googlianos ni mucho menos las llamadas a teléfonos de eterno contestador, ni si quiera the man who can't be moved en su versión femenina, o el propósito de ponerse en forma, no ha bastado, pero tampoco ha terminado ni lo hará hasta que baste y habrá bastado cuando termine, cuando llegue al final de esto y me refiero a la meta perfectamente dibujada y definida e inmodificable... cuando te encuentre... porque conduzco yo y sé a dónde dirigirme.
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