de vuelta

Aterrizamos en Madrid con anhelo casi por terminar todo lo que han dado de sí las vacas. Ahora queda empezar de cero, reincorporarse a la realidad y ponerle más ganas que nunca para que todo salga bien. Ha sido agotador, confieso, cambiar tanto de escenario, de circunstancias, de familia, de tiempos, de ritmos...ha sido extraño y me siento como un rolling stone, venga a vagar por ahí sin un techo definido que por fin me arropa y casi me alegro de poder decirlo aunque me cueste acostumbrarme a la soledad que me espera desde julio sentada en esa cama moribunda y exhausta sin mí. Al fin y al cabo creo que es la compañera más fiel que siempre me espera al final de todas las cosas, y ya empezaba a echarla de menos y a echar de más otras cosas.
Para haberme matado he hecho un viaje al pasado con mis amigas al mismo lugar de siempre con las mismas coniciones de siempre, como si tuviésemos 15 años como siempre, pero sin esa sensación de nueva libertad, ahora ya son las obligaciones de siempre: hacer la comida, la compra, lavar los platos, barrer, arreglarse para salir... todo muy despacito y disfrutando los pequeños placeres que llevamos cosechando hace años. He hecho un pacto con el futuro, dando una oportundad a la convivencia en mi pequeño pueblo donde soy tan auténtica como yo misma, y donde me puedan conocer así tal cual, jurándome que si no salía bien parado iríamos a parar al juicio de los prejuicios y al final de la carretera, después me tuve que despedir de una de las personas más influyentes en mi vida con lágrimas en los ojos y mucho amor en el corazón, y ahora que lo pienso quizá aún no me haya hecho a la idea, porque sigo considerándola entre nosotros, porque la llevo como siempre, dentro de mí, con sus cosas y sus principios, tan heredados como la sangre que nos corre por las venas. un paréntesis en mi vida para volver a escaparme y encontrar entonces el lado oculto que no he querido ver hasta ahora negándome aún si de verdad lo he visto o ha sido una alucinación. Supongo que la mierda que se amontona bajo la alfombra siempre termina haciendo montón y denota irregularidades en su apariencia, llegando un momento en el que es tan evidente que no queda más remedio que descubrir el pastel... y no esagradable, y hay que aceptarlo y reogerlo, o volver a tapar y esperar que la montaña se haga más y más grande hasta que sea tan evidente para los demás como para mí misma....¡ay! si yo tuviera una escoba...

Comentarios

Entradas populares de este blog

La de la esquina doblada

cómo se aprecia

Bisolvón antitusivo, el jarabe que más me pone!!