Puntos suspensivos...
Aranda de Duero: Tierra de vino y cordero y que nos la den con queso en mi Fuentespina natal. Este pueblo me mata, me aburre y me maltrata, me hace quedarme en unos puntos suspensivos que ya duran siete días y medio y que me amargan enormemente echando de menos una casa a la que no puedo volver, un exnovio al que no puedo ni ver, una distancia familiar que cuántas veces habré maldecido y hasta unas compañeras de piso con las que comparto eso, el piso. Descubro en esta agonía el libro de “El Maestro” Joaquín Sabina y abro al azar para encontrarme con otros puntos suspensivos que rezan así:
PUNTOS SUSPENSIVOS
Lo peor del amor, cuando termina,
Son las habitaciones ventiladas,
El solo de pijama con sordina,
La adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después son los despojos,
Que embalsaman los pájaros del sueño,
Los teléfonos que hablan con los ojos,
El sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
Remendar las virtudes veniales,
Condenar a galeras los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
Cuando al punto final de los finales,
No le siguen dos puntos suspensivos.
PUNTOS SUSPENSIVOS
Lo peor del amor, cuando termina,
Son las habitaciones ventiladas,
El solo de pijama con sordina,
La adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después son los despojos,
Que embalsaman los pájaros del sueño,
Los teléfonos que hablan con los ojos,
El sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
Remendar las virtudes veniales,
Condenar a galeras los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
Cuando al punto final de los finales,
No le siguen dos puntos suspensivos.
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