Soy ella
Hola. Soy ella.
No soy la de verdad. No soy la auténtica. Pero siempre estoy ahí. Haciendo tambalearse todo,
desde las entrañas, desde los cimientos, sin esfuerzo, sin apenas
implicarme. Como esa carcoma que no has
oído llegar y está hundiendo el edificio.
Hola. Soy ella. Existo desde hace mucho, aunque sólo
aparezco de vez en cuando. A veces estoy
en su cabeza, otras veces estoy en la tuya. A veces he llegado a ser tan real, que he hecho que todo lo demás
fuera casi mentira. A veces he sido real
y resulta que todo era mentira.
Hola. Soy ella. Mucho más poderosa desde tus ojos que en la realidad. Una
estafa. Una mentira. Una impostora. Fruto del egoísmo, del miedo, de la rutina.
Resquicio de una fantasía, el efecto de una ilusión que nunca abandonó un
pensamiento.
Hola soy ella, y he venido a demostrarte lo fácil que es que
las cosas más sólidas se esfumen, que en cuestión de segundos nazca de la nada
un deseo de cambio, que también se
esfumará. Tranquila, porque t e prometo
que se esfumará. Siempre seré
fugaz. A veces seré ella, otras veces, otra será ella. Y todas seremos fugaces,
porque la de verdad, la auténtica, la que existe, la de carne y hueso, eres tú.
Pero nosotras, las que somos
ella, no dejaremos de ser nunca. Por muy fugaces que seamos. Esa es la
verdad. Siempre estamos, somos, existimos. En tu cabeza, en la suya, reales o
imaginarias, objeto de odio y deseo. Secretas y sigilosas, como una sombra
dulce que envuelve a quien busca cobijo. Como una sombra amenazante para quien
sólo espera ver el sol.
Hola, soy ella. Otras veces fui tú. Pero la vida da muchas
vueltas y he caído de este lado. Te aseguro que yo tampoco lo esperaba y te
pido perdón porque sé que no duermes, que el suelo está fallando bajo tus pies
y que por más que mires hacia otro lado, siempre estoy yo, como el incómodo
parpadeo de la luz del móvil cuando aguarda un mensaje que no es el que
esperas. Como ese incómodo rastro de la verdad que no quieres conocer, como ese
montón de mierda que creías bajo la alfombra.
Hola, soy ella. He llamado para contártelo.
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