La guerra incivil de la Esteban

Me he negado en rotundo a reafirmar con otra crítica lo que está pasando con la personaja de la Esteban en cuestión. Me he negado porque pienso que cualquier mención que yo le pueda hacer en este blog es propaganda barata de la que se están llenando ya demasiadas páginas.¿Pero es que nadie va a parar semejante atropello a la cultura? ¿Cómo es posible que ÉSA tenga su espacio propio en televisión, sin saber ni lo que es un acento, y miles de becarios de toda España se maten a opositar par sacar una plaza en televisión española? Esto es sin duda un claro ejemplo de lo que arrastra a este país a la miseria. En fin, apoyamos que lleguen al poder personajes sin conocimiento que se lustren, que se forren a costa de envenenar nuestro patrimonio cultural, a costa de empobrecer la cultura pública, de bajar el listón de la calidad televisiva considerablemente soltando sandeces y dado patadas al diccionario entre otras cosas, y así nos luce el pelo.Magnificando si se pone nariz o se la quita, si se cambia de piso, si se cambia de bragas, entreteniendonos en los vuelos de ese moscón y obviando problemas que exigen de nuestra atención como el paro, el desempleo y las soluciones que no llegan.porque nadie las formula, porque la Esteban acapara la parrilla televisiva donde no hay tiempo de exponer   soluciones alternativas a la crisis, pero sí soluciones alternativas al gepeto de esta colgada. 

Me irrita de sobremanera hacer zapping y descubrir que la reportera de turno que está encantadísima de posar sobre la alfombra rosa de la presentación de lo que se va a convertir en el bodrio televisivo por excelencia, es decir, el programa de la Esteban, diga que su excelencia, la princesa del pueblo, es muy querida pero también muy odiada. Y yo, que siempre he pensado que no hay mejor desprecio que no hacer aprecio, me veo sin embargo inclinada hacia el odio como tantos más miles de españoles y sin quererlo también, paso a formar parte de toda la parafernalia incluyéndome en uno de esos bandos de la guerra incivil que venera o desprecia a la Esteban. Y me jode formar parte de este círculo vicioso. Me jode tanto que termino escribiéndolo para desahogarme y voy y la hago publicidad, bastante desfavorecedora, sí, pero publicidad al fin y al cabo.