Y a mi plin
Ni me siento culpable ni incómoda, ni molesta, ni desgraciada, ni agraciada, sólo implícita en un problema al que me cuestiono si en realidad pertenezco o sin tan siquiera existe de verdad en la vida virtual y que (¿¿Será que me gustan los problemas??) también resolveremos codo con codo o codo contra codo, como hasta ahora hemos hecho. Me quedo indiferente con el chaparrón, ya pasará la tormenta, mis ganas de tí, tu indiferencia, tu partida y pasará hasta tu regreso. Nada es eterno y todo fluye como dijo no se qué filósofo-poeta-sabio-profeta... Como un perro de nadie ladrando a las puertas del cielo que diría maestro Sabina, pero si ésta perra nunca ha sido de nadie, tampoco es que haya nada nuevo... y en todo caso... ¿quién es más perro? ¿el que se va sin avisar, o el que se queda a no lamentarse? Nisiquiera despecho, nisiquiera pesar, estar por estar no es un verbo cómodo para adornar con lágrimas una despedida y ya no te digo el verbo fingir... éso si que no pega ni con cola. Al qu...