Imposible...Gratis
Pongan gratis cuando quieran vender. ¡¡Atrévanse!!
En su muro de Facebook en Twitter, en un escaparate con una luna brillante lleno de pequeñas lucecitas led tipo adorno navideño.
Gratis, en letras grandes y pequeñitas. Pónganlo en letras recónditas, insignificantes, pónganlo en la letra pequeña que nunca nadie lee, porque lo leerá todo el mundo. Con los tiempos que corren, GRATIS es la palabra que más vende. Entiendase: Gratis la segunda unidad, Gratis: pinche aquí (y me hará de oro). ¿Verdad? Sí, no, opinen. Gratis es la palabra que vende, la que nos hace de oro, la palabra que encontramos allá donde esté escrita, y a estas alturas la única capaz de llamar nuestra atención para detenernos un momento a ver en qué consiste el truco. Comparen el impacto de un le ofrezco esta tarjeta gratis, con le ofrezco esta tarjeta a coste cero. ¿De quién se fían?
Imposible, en tu boca es el gratis con el que vender algo que regalado no se sabe si interesa demasiado, la verdad. Me refiero a esa última frase magistral: "Esto es imposible" que repites dos o tres veces, consciente de su efecto, probablemente testado con anterioridad, y haciendome caer en la cuenta de que no lo es tanto y de quien eres: otro comercial de su propio orgullo.
Proponganlo como lo inaccesible después de haberlo concedido, como de sibaritas, como un capricho al alcance de unos pocos, y será como el gratis de la primera parte de este texto.
Imposible... buena lección.
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