cuando una quiere cambiar


poco importa el viento que sople. el tiempo que quede, la crisis que amenaza hundiendo las esperanzas o cortando como no lo hace el viento frío de soria (que es muy noble, pero muy frío)
Cuando una quiere cambiar todo lo que hay en la vida pesa, se hace duro de llevar, de soportar, de arrastrar. Todo es un lastre. Y una no puede dejar de sentirse culpable por abandornarlo hasta que no puede más. Entonces estalla. Y cambia.
Cuando una quiere cambiar, hará lo que sea pasando por donde haga falta sin ser consciente si quiera de que está pisando terreno pantanoso, o cadáveres o culebras. Una pasará por donde haga falta sin darse cuenta de que en el empeño de hacerlo se la va la vida, las ganas y el alma.

Cuando una quiere cambiar termina sin saber a dónde iba, nisiquiera las causas que ya el tiempo se encargará de recordarla como un eco lejano. Y cambiará, pase lo que pase, a pesar de todo, or encima de todo, y no siempre será fácil ni será triunfal. Pero cambiará.

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