Es lo que toca


Son 12, cada uno diferente, con sus más y sus menos. 12 yogures en un cartón 0% materia grasa y porquerías varias, ricos en colorantes y conservantes y supuestamente también en calcio... por eso es recomendado por mamás como la mía que baten el record de minutos al día pegadas al teléfono haciendo recomendaciones vanas que algún día en el súper nos da por cumplir a las hijas pródigas que tratamos de desenvolvernos en la gran urbe...

Poquito a poco me acostumbro al yogur del día, hoy me apetece ácido, pues limón, el de fresa siempre es bienvenido, pera, no está mal, manzana... y ahí va quedando el de coco. Dije que ayer en la cena le cantaría el réquiem sin pensarlo demasiado antes de arrepentirme, pero pronto le cambié por otro de rico y nutritivo plátano. Sabios de todo el mundo investigan a qué se debe la q pereza que da comerse un yogur de coco a esas horas intempestivasen las que entre otras cosas l que apetece es hacer lo que a una la da la gana.

Otra vez me acechaba este mediodía desde el cartón en el que cada vez quedan menos opciones, y él: el temido yogur de coco. Y me asomo entre cautelosa, sigilosa y tímida al frigorífico para comprobar que en efecto, sigue ahí. Le quito los compañeros con sumo cuidado de no producir demasiado estrépito, no sea que se entere de mis intenciones, y le voy dando largas con disimulo, como a algunas personas: siempre miedosa por encarar el momento de decidir si su destino final será el cubo de basura, mis labios o los de otra...

¿Quién sabe? acompañado de cereales no puede estar malo, me digo, y siento que me escucha, que me lee el pensamiento, y se hace el longuis, como si no supiera que paso de comer coco hoy mañana y pasado. Permanecen así días, semanas e incluso meses los yogures de coco en mi vida y otras especies en peligro de extinción, entiéndase alimañas raras.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La de la esquina doblada

cómo se aprecia

Bisolvón antitusivo, el jarabe que más me pone!!