elijo no elegir


Es una decisión firme pero sin sentido. Falta de personalidad que dicen los que se creen seguros de saber lo que quieren, falta de complicaciones lo llamo yo, al fin y al cabo no me va la vida en ello, o si me va, pero precisamente por eso, porque me vaya más feliz pues elijo no elegir.

Es una de esas cosas con las que prefiero no encararme. Me gusta el limón y me gusta el chocolate; barajo cual me perjudica más a la larga, a la corta... alguno se mantendría en sus principios: "el chocolate engorda demasiado", "el limón da ardor de estómago", diría para justificar su decisión. Y yo continuaría toda mi vida esperando a que decida el que paga los helados. La postura cómoda: ¿para qué más, si tampoco me perjudica en exceso que en este caso decidan por mí?, ¿si casi me viene bien no complicarme en esa decisión? Mientras no muera nadie, aquí paz y después Gloria.

Ya veremos cuando engorde o cuando tenga ardor de estómago, al fin y al cabo el tiempo todo lo cura (después del que paga los helados, que el tiempo decida dónde va cada uno) y me veré en otra ciudad con otra gente que se empeñará en decidir y dejándome llevar en todo salvo en lo imprescindible(que tampoco depende de mí): En el instinto.

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