coronando princesas

Públicamete las llamas al trono, las haces sentir únicas publicamente. Las llenas de milongas, las catas las mañanitas, las llevas a tu cama, las dices queno y luego públicamente las subes a un altar y las declaras públicamente cosas demasiado humanas para ti. Y lo sabes, y lo sufres. Haces público todo lo que no eres capaz de sentir porque así engrandeces tus sentimientos, para que se vean como mirados a través de una lupa. Traduces así la atracción en amor, el sexo en amor, la compañía en amor y hasta el cariño en amor. Y todo se llama amor cuando lo haces público y todas son princesas cuando las coronas.

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